Internet es una herramienta muy útil y práctica, pero también puede ser un medio para que los ciberdelincuentes intenten engañarnos y robarnos. Por eso, es importante estar informados y alertas ante las diferentes modalidades de estafa que circulan por la red. Estas son algunas de las más frecuentes y cómo evitarlas:

Phishing: el engaño por correo electrónico o SMS

El phishing consiste en enviar correos electrónicos o mensajes de texto falsos que suplantan la identidad de entidades bancarias, financieras, administrativas o de otros servicios. El objetivo es engañar al usuario para que haga clic en un enlace que le redirige a una página web fraudulenta, donde se le pide que introduzca sus datos personales, contraseñas, números de tarjeta o claves de acceso. De esta forma, los estafadores obtienen la información necesaria para acceder a las cuentas bancarias o realizar compras online con los datos robados.

Para evitar caer en esta trampa, hay que estar atentos a los indicios que pueden delatar un correo o mensaje falso, como errores ortográficos, direcciones de remitente sospechosas, asuntos alarmistas o urgentes, o solicitudes de información confidencial. También hay que comprobar que el enlace que nos envían coincide con la dirección oficial de la entidad o servicio que dice representar, y que la página web tiene un protocolo de seguridad HTTPS. En caso de duda, lo mejor es contactar directamente con la entidad o servicio supuestamente afectado, y no responder ni hacer clic en ningún enlace del correo o mensaje sospechoso.

Tiendas online fraudulentas: el timo de las gangas

Otra de las estafas más comunes en internet son las tiendas online fraudulentas, que ofrecen productos a precios muy bajos, con envíos rápidos y garantizados. Sin embargo, una vez que el usuario realiza el pago, nunca recibe el producto, o recibe uno de muy mala calidad o diferente al ofertado. Además, los estafadores pueden utilizar los datos de la tarjeta de crédito o débito para realizar otras compras fraudulentas.

Para evitar este tipo de estafas, hay que desconfiar de las ofertas demasiado buenas para ser verdad, y comprobar la reputación y las opiniones de otros compradores sobre la tienda online. También hay que verificar que la página web tiene un protocolo de seguridad HTTPS, y que ofrece métodos de pago seguros y protegidos. Asimismo, hay que revisar las condiciones de compra, envío, devolución y garantía, y guardar los comprobantes de pago y los correos de confirmación.

Estafas por alquiler: el fraude de los pisos fantasma

Las estafas por alquiler consisten en publicar anuncios falsos de pisos o casas en alquiler, con fotos y descripciones atractivas, y a precios muy competitivos. Los estafadores se hacen pasar por los propietarios o intermediarios, y piden al interesado que les envíe una cantidad de dinero por adelantado, como señal, fianza o gestión, para reservar el inmueble. Sin embargo, una vez que reciben el dinero, desaparecen y el inmueble resulta ser inexistente o perteneciente a otra persona.

Para evitar este tipo de estafas, hay que desconfiar de los anuncios que no tienen suficiente información o que tienen fotos de mala calidad o sacadas de internet. También hay que comprobar la identidad del anunciante, y pedirle que muestre el contrato de alquiler y la documentación del inmueble. Además, hay que evitar pagar por adelantado sin haber visto el piso o casa en persona, y preferir los métodos de pago que dejen un rastro, como las transferencias bancarias o las plataformas de pago online.

Estafas románticas: el engaño del amor virtual

Las estafas románticas consisten en crear perfiles falsos en redes sociales o aplicaciones de citas, con fotos y datos atractivos, para contactar con personas que buscan una relación sentimental. Los estafadores se ganan la confianza y el afecto de sus víctimas, y les hacen creer que están enamorados y que quieren conocerlos en persona. Sin embargo, antes de concretar el encuentro, les piden que les envíen dinero por algún motivo, como un viaje, una emergencia médica, un problema legal o una inversión. Una vez que reciben el dinero, cortan el contacto y desaparecen.

Para evitar este tipo de estafas, hay que estar alertas a los signos que pueden indicar un perfil falso, como fotos de modelos o famosos, errores gramaticales o de ortografía, o contradicciones en la información personal. También hay que ser cautelosos con las personas que se muestran demasiado cariñosas o interesadas, que evitan las videollamadas o las llamadas de voz, o que piden dinero por cualquier motivo. Además, hay que proteger la privacidad y la seguridad, y no compartir datos personales, financieros o íntimos con desconocidos.

Estafa del hijo: el fraude que vuelve a circular por WhatsApp

La estafa del hijo consiste en enviar un mensaje de WhatsApp a la víctima en el que se hace pasar por su hijo o hija, utilizando un número de teléfono diferente al habitual. En el mensaje, el estafador explica que ha roto su móvil y que necesita dinero para una emergencia, ya que está en apuros. La víctima, que suele ser una madre, se preocupa por su hijo y acaba transfiriendo el dinero que le pide, ya sea por transferencia bancaria o por Bizum. Sin embargo, el dinero no llega a su hijo, sino a manos de los delincuentes, que lo retiran rápidamente y desaparecen.

Para evitar esta estafa, hay que desconfiar de los mensajes que nos llegan de números desconocidos, aunque se identifiquen como nuestros familiares. También hay que verificar la identidad del supuesto hijo o hija, llamándole por su nombre, preguntándole detalles personales o contactando con él o ella por otro medio. Además, hay que evitar enviar dinero por adelantado sin tener la certeza de que se trata de una situación real y urgente, y preferir los métodos de pago que permitan reclamar o cancelar la operación.