Artículo de Opinión: Eduardo Romero

De verdad que hoy no vengo a hacer una apología del capitalismo. Ni del capitalismo ni de nada.

Sí, amigos, hoy la charla va de filosofía, pero de esa de barrio que no se aprende en escuelas universitarias, de esa que provoca un auténtico párate a pensar, pero del de verdad, no como el que publicitan a bombo y platillo en ese mi pueblo de adopción, Rivas Vaciamadrid, que tiene escasez de neuronas y exceso de hormonas…

Parado a pensar, o parado a no pensar, no lo sé a ciencia cierta, pero detenido y calmado, observando el mundo desde una soleada pausa, aprecio que hoy día la mayoría de nosotros no tenemos una vida consciente. Voy a tratar de explicarme, pero sin mucha verborrea, para intentar ser breve: Antaño, quizá por la infinitesimal interacción social global, que limitaba al individuo, en la mayoría de los casos, a relacionarse con “su entorno más cercano”, un entorno que crecía proporcionalmente al desarrollo cultural y económico del sujeto en sí, la idea que se tenía de la vida, en el común de los casos, era la de esforzarse por lograr reconocimiento social en el círculo próximo, ya fuese este la familia, el vecindario, el barrio, el pueblo, la ciudad, la provincia, la nación, el continente o el mundo. Hoy día, pasada la revolución de los transportes y la industrialización, la era digital y la Globalización, han modificado la conducta humana hiperexponencialmente.

Nuestro círculo ya, no solo no se limita a nuestro entorno cercano, sino que puede incluso obviarlo y saltar directamente al estrellato de la Humanidad a través de las Redes Sociales, por ejemplo. Me encantaría conocer la opinión de un individuo del siglo XIX o del propio Darwin, porque lo cierto es que el estudio sociológico de la actualidad es apasionante. La mayoría hemos estudiado Historia y hemos visto con total normalidad como la Sociedad se ha ido adaptando a los tiempos acoplando tecnología y conocimiento y evolucionando con ellos, desde la Prehistoria a la Revolución Industrial. Todo es comprensible desde la “barrera”, recurriendo al símil taurino. Pero, ¡Ay Amigo!, cuando nos toca vivirlo en primera persona, pasa por delante de nosotros, o incluso por encima, sin darnos cuenta siquiera.

Quizá el Capitalismo necesite una revisión, al igual que otros opinan lo mismo de otros temas como la Constitución, no lo niego. Pero quizá lo que necesite una revisión es nuestra Humanidad. No me refiero al sentido etimológico de colectivo, sino al del comportamiento que debe presidir nuestra Especie. Creo, sinceramente, que la Sociedad Actual, es la que peor se está adaptando a las nuevas condiciones tecnológicas. Y he aquí donde viene el dilema filosófico. De los autores de: ¿QUÉ FUE PRIMERO? ¿EL HUEVO O LA GALLINA?, ahora estamos ante una nueva entrega: ¿QUÉ FUE PRIMERO?¿LA TECNOLOGÍA O LA ADAPTACIÓN DEL SER HUMANO?

——————-

————–

En el Mundo de Hoy, la Globalización, las Redes Sociales, la Inteligencia Artificial, el “Cambio Climático”, la Agenda 2030, bombardean la esencia del Ser Humano, empoderándolo, sacándolo de su condición de Ser Frágil en el Contexto Universal, y alentando falsamente una Importancia que a todos nos da el Valor de Saltar a la Vida Social, o contemplarla desde el balcón y aplaudir, a criterio de cada cual, mientras permitimos que un cierto Cinismo Social anestesie nuestras mentes, bien para que no sufra las consecuencias de la deshumanización, bien para que las drogue provocando un calentamiento de la masa social opinante que se “alza contra el poder”, sin tener siquiera claro cuál es ese Poder contra el que luchan.

En el mundo de hoy, convivimos con una Francia que lucha por unos Derechos Sociales, bajo la evocación de lo que yo denomino “Falso Espíritu Maria Antonieta”, mientras, por ejemplo, y para no ir más lejos, en España aplaudimos su actuación sin ser capaces de ver lo que Aquí está sucediendo Ahora. Recientemente hemos celebrado, en Madrid, y en el resto de España también, aunque muchos no lo sepan, el 2 de Mayo, efeméride de Libertad y de Unidad del Pueblo Español.

A la par, vivimos la visita de un “respetable” aunque “ciertamente cuestionable” “ciudadano ejemplar” de origen colombiano, que viene a dar discursos de libertad basados en el espíritu libertario de su pueblo que se libró del “opresor colonial”, mientras la mayoría de nuestros dirigentes le aplaude las palabras con cortesía “diplomática”. Ni qué decir tiene de esa Coronación grandiosa que se produce en Reino Unido, quizá la última de todos los tiempos a la marcha evolutiva que llevamos, que protagoniza toda la prensa española mientras denosta la figura de un Don Juan Carlos de Borbón que, con todos sus defectos como persona (yo tengo más del triple que él y no salgo en prensa), hizo por España una Gran Labor, de la que el carácter español ahora hace leña, leña que, por cierto, encendemos con nuestra bandera, mientras aplaudimos las que enarbolan otros.

En fin, cinismo social que evoca unos falsos derechos sociales, en modo zanahoria que se le anteponía a cierto animal, de denostada inteligencia, y del que tenemos mucho que envidiar como especie en bastantes aspectos como la nobleza o la terquedad o la resistencia. Digo Falsos Derechos, porque es labor de todos, y no sólo de los discursos políticos, el procurarlos, defenderlos y hacerlos extensivos a los demás. No basta con exigírselos a otros ni mucho menos robárselos. Hay que trabajarlos, y eso supone un esfuerzo y sacrificio individual que hoy día, mayoritariamente, brilla por su ausencia.

Quizá el Karma esté devolviendo a la Humanidad aquello que ésta ha sembrado, o quizá la explicación sea mucho más mundana y es simplemente que la Humanidad pierde su condición de tal porque se trivializan el esfuerzo, la constancia y la conciencia social, y nos estamos “aburguesando” en la idea de que el Mundo tiene que ser bondadoso porque todos tenemos Derecho a ello, pues alguien lo escribió en algún bonito papel en algún momento más consciente que el actual.

Vivimos una Guerra Global, como es la de Ucrania, pero nos limitamos a normalizar el sufrimiento de cada una de esas víctimas, expiando nuestras conciencias con cuatro donaciones de cosas que nos sobran durante los primeros días de euforia solidaria, mientras actualmente no somos conscientes de que lo que antaño se denominó Guerra Fría, hoy es Guerra Caliente y bien abierta, entre dos bloques de opinión, que no son sino dos maneras diferentes de afrontar la existencia. Aprovecho para volver al hilo, pues comienza a ser momento de acabar la pausa reflexiva, para recalcar que estamos en un distópico Mundo al Revés, donde terroristas liofilizados disfrazados de ciudadanos ilustres, y Políticos interesados radian más que nunca su propaganda de programación colectiva, disfrutando de la alienación vital provocado por las inercias del ritmo de vida actual, así como del desconocimiento y falta de memoria de las generaciones actuales.

En nuestro país, posiblemente, de forma mucho más intensa, quizá por aquello del famoso dicho de: si un alemán ve a otro alemán subiéndose a un árbol inmediatamente se pone a ayudarle; si un francés ve a otro francés subiéndose a un árbol le mira se limita a contemplar la escena con indiferencia; si un español ve a otro español subiéndose a un árbol se pone a tirarle piedras para bajarle de inmediato.

Vivimos bajo la cínica apariencia de libertad libertaria que promete solución fácil a todos los problemas, tirando de Derechos Constitucionales gratuitos financiados vía confiscación del esfuerzo de algunos, y publicitando a bombo y platillo que “SÍ SE PUEDE”, mientras se tapa la realidad con alfombras chinas en lugar de mantas zamoranas, gobernando la información a golpe de Redes Sociales, que son mucho más asimilables que la cruda realidad que nos rodea.

Pidiendo perdón a los Grandes Filósofos de la Historia, a los Grandes Pensadores de la Humanidad, y mojándome pese a la sequía y sin recurrir a los tan de actualidad chemtrails, me encantaría conocer no sólo qué pensarían grandes figuras como Leonardo o Isaac Newton, sino qué piensas tú como lector de todo esto, pues estas líneas sólo pretender provocar reflexión y debate, y no el hecho de que yo pase a la Historia, que pasaré, pero no por esto, porque, en el fondo,…

NO SOY NADIE

——-

RE-SKY / Autor Eduardo Romero