Hubo un tiempo en que la financiación participativa era vista como un experimento, o un último recurso. Juntar a muchas personas que no se conocen para invertir en un proyecto parecía una idea disparatada en el año 1997.

Pero eso es justo lo que hizo la banda británica de rock Marillion. Ante la falta de medios para iniciar una gira por Estados Unidos, fueron sus propios fans americanos los que levantaron 60.000 dólares para hacerla posible. Tres años después, Marillion volvió a recurrir a la generosidad colectiva. Descontento con su discográfica, el grupo pidió a sus fans que ayudaran a financiar su nuevo disco. La idea triunfó: hubo más de 12.000 preventas y Marillion pudo lanzar Anoraknofobia, su álbum de estudio número 12. El resultado fue muy bueno para Marillion.

El verdadero éxito fue para el propio modelo de financiación, lo que hoy se conoce como crowdfunding.

En nuestro país, la financiación participativa superó en 2021 los 219 millones de euros en recaudación. El dato supone un 31% de crecimiento respecto al año anterior. Un tercio de ese volumen corresponde al crowdfunding inmobiliario, que se ha consolidado como alternativa de financiación para promotores… Y como una interesante fórmula de inversión para ahorradores de todo tipo.

Ventajas del ‘crowdfunding’ inmobiliario

  1. El crowdfunding inmobiliario permite a muchos promotores sacar adelante proyectos viables que no logran financiación bancaria. Desde 2008 y, en particular, desde la aprobación en 2019 de la nueva ley hipotecaria, los bancos han ido limitando su exposición al ladrillo.
  2. La aparición de plataformas ha dinamizado el sector, sobre todo por las ventajas que ofrece del lado del inversor. Por una parte, permite a prácticamente cualquier persona participar en operaciones que poco tienen que ver con la inversión tradicional en ladrillo -comprar una casa, reformarla y venderla o ponerla en alquiler-. A partir de una inversión mínima por proyecto de 500 euros, un ahorrador se puede convertir en socio.
  3. Los inversores no solo acceden a oportunidades que normalmente quedarían fuera de su alcance.
  4. Les permite invertir en un sector considerado tradicionalmente seguro por su baja correlación con los mercados y su potencial de apreciación a largo plazo. Además, las rentabilidades asociadas son las propias de la promoción inmobiliaria, es decir, de alrededor del 15% anual.

¿Y los riesgos? Aunque el sector inmobiliario ha demostrado también en este 2022 su resiliencia, no es inmune a los contratiempos. (posibles retrasos en la obtención de licencias, más dificultad de la prevista en la comercialización o una subida de los costes de construcción..)

Fuente El Economista